martes, 30 de septiembre de 2008

La Oreja de Van Gogh y Leire Martínez

Durante este verano de 2008 hemos asistido a un bombardeo metódico de información -irrelevante, mayormente- sobre la marcha de Amaia Montero, voz del grupo La Oreja de Van Gogh y la incorporación de su sustituta Leire Martínez -concursante, al parecer, del concurso Factor X-. Esto que, personalmente, ni me va ni me viene, me ha dado para mucho pensar.

Porque de pronto, con el paso de los años -todos vimos a ese grupo un tanto infantiloide que empezaba a sonar en los 40-, Amaia Montero se ha convertido en un tiburón de la industria discográfica. La oía hablar con esa superioridad, ninguneando a su sucesora en el cargo y se me revolvían las tripas. Qué manera de olvidar de dónde viene uno. Pero no solo fue ella: medios de comunicación, bloggeros varios y programas del corazón se frotaban las manos ante esa niñita de ojitos claros que decían iba a ser la sucesora de la gran, espléndida y archiconocida Amaia Montero. Todos se deshacían en halagos por la vía fácil, lo que había funcionado siempre, pero nadie apostaba un duro por Leire Martínez que, encima, ni había ganado el dichoso concursito. Algunos, incluso, la tachaban de "trepa" y que sólo buscaba la fama. Más tarde, una vez estrenado el primer single, tiraron los mismos de antes de artillería pesada para decir que las voces de ambas, predecesora y sucesora, eran clavaditas. Era para partirse de risa, viendo por la tele a los contertulios muy serios y muy morenos y muy mariquitas apretando los labios y negando con la cabeza como si sin su bendición la pobre Leire no fuera a llegar a ninguna parte.

Pero todo esto creo que tiene una lectura positiva. Porque Martínez ha conseguido lo que otros -los que la ponen de vuelta y media- ni se plantean. Ha llegado y ha ganado la batalla a los medios, con educación y saber estar, con la humildad del que llega con los bolsillos vacíos y se contenta con lo poco o muc
ho que pueda conseguir. Porque ha ignorado lo que se decía de ella y ha aguardado a que saliera el disco porque eso es lo único que tiene que decir un artista. Es la historia del David y Goliath. Es la victoria del pescaíllo tímido que no se deja devorar por el tiburón. Porque qué sabrán todos ellos lo que es cumplir los sueños.


2 comentarios:

Eugenio Villar dijo...

Hoy en día los periodistas son expertos en todo, música, fútbol, política, economía. Este es una caso más en el que podemos ver hasta dónde puede llegar la sinrazón. Un abrazo

José Ramón Suárez Ortiz dijo...

A mi no me desagradaba la otra pero me gusta más ésta. Será por el grupo, que me gusta; no hasta el extremo de comprarme un CD ni siquiera de pirateármelo, pero si me cruzo con alguna canción suya, me gusta.

Post Scriptum Perdónenme los que entiendan por si este grupo no es pop pero me parece que son a este estilo lo que Marvizón a las marchas.