miércoles, 9 de abril de 2008

Lo que se va...

Qué me queda, ahora que sólo soy el esbozo de lo que un día quise ser. Qué me queda hoy, cuando sé que los sueños son más que nunca inalcanzables. Hoy, que la vida se me escapa entre los labios, sé que no hay maldito tiempo que perder. Que aunque no lo queramos, todo es efímero, hasta el soplo de la brisa en nuestra cara algún día cesará. Hasta el roce de su mano en mi mejilla es finito, fugaz, marchito. Qué me queda, ahora que sé que todo lo que yo he considerado importante se me va, que es tan lábil como la madre naturaleza, tan caduco como la luna y las estrellas, tan perecedero como los océanos y el mar Mediterráneo. Ya nada es constante, nada es eterno como el carmín de tus labios, como el olor de tu carne.

Hoy todo es distinto, no sé si el fallo está en mí o en la vida. Hasta hoy he preferido pensar que era la vida la que se equivocaba, que erraba en sus cálculos, en sus juicios. Creo que ya es hora de pensar en otra cosa.


2 comentarios:

José Ramón Suárez Ortiz dijo...

Coño, qué dramatismo...

Post Scriptum Hablamos por el messenger de esta entrada.

illeR dijo...

¿Qué te queda?

El recuerdo de lo vivido