Perdón por la Generalización

En el fondo, todos perseguimos lo mismo. Creemos buscar la esencia de la vida, lo que consideramos acorde a nuestras ideas, a nuestros objetivos. Pero no nos damos cuenta que la esencia del asunto es la misma para todos. Una casa, un coche, una familia. Leer un par de libros para tener algo de qué hablar y poco más. Hay excepciones, claro. Pero las excepciones sólo sirven para darle un empleo a los estadistas. Todos vemos la tele, todos ansiamos esa chica.

Todos creemos luchar por una causa justa, pero no hay más causa justa que la que más nos interese. Igual que una misma realidad desde distintos puntos de vista cada uno traza su camino, pero yo los veo tan similares que diría que caminamos todos por el mismo. Por el camino del interés, de la codicia. Por ese mismo camino donde el bien y el mal se cogen a menudo de la mano, indiferentes.

Ellos -no daré sus nombres-, también ansían todo eso. Hasta esa chica. Aunque nos digan que no, que ellos son diferentes. Ellos, aunque estén encima de ese escenario, quieren y buscan y viven y mueren por lo mismo que usted y que yo. Porque a estas alturas de la vida, ni los poetas son sinceros, ni las canciones de amor hablan de despedidas.