Creo que aquí se acaba todo. Llevo remoloneando esta entrada demasiado tiempo. Hoy, mi viejo blog, vengo a despedirme. Han sido casi dos años de aventura, de pasiones y desamores, casi dos años compartiendo contigo una parte de mí. Pero últimamente me requieren en otros lares. De vez en cuando volveré por aquí, para arreglarte un poco por si alguien viene de visita, que hasta los nichos del cementerio hay que tenerlos limpios y vistosos. Pero es hora de decirte adiós. O hasta luego, quién sabe. Sólo espero que sigas siempre así de bien para mí.
Un abrazo, y gracias por todo.
Un abrazo, y gracias por todo.